El pasado jueves 23 se puso en marcha una nueva programación en RNE cuyos ejes no tienen en cuenta la situación actual de los centros territoriales, con una plantilla muy ajustada, lo que plantea los siguientes problemas:
Boletines. Su recuperación implica que una persona del turno de mañana y otra de tarde se dediquen específicamente a este cometido, “anclados” por tanto en la redacción. Se generan así dificultades para cubrir convocatorias, eventos e incidencias, o simplemente para “sacar la radio a la calle”, como proclaman los impulsores de la nueva programación.
Desconexión provincial de media hora. Treinta minutos es mucho tiempo en radio. Quien asuma esta franja horaria debe buscar y seleccionar contenidos, gestionar entrevistas, organizar y estructurar temas… Es imposible pretender que el informador en cuestión esté también disponible para endosarle además tareas destinadas a la desconexión territorial principal.
Informativo territorial principal. Aquí los problemas se derivan de los dos puntos anteriores. Si al actual equipo de redactores le restamos aquéllos desviados a nuevas obligaciones (boletines, provincial) que consumirán gran parte de su tiempo, nos encontramos con que la franja horaria central ha de cubrirse en precarias condiciones, sin el mínimo personal necesario para elaborar un producto digno. Porque se cubrirían más horas, sí, pero no se trata de rellenar sin más, a costa de un bajón notorio en el nivel profesional y de prestigio de Radio 5. No se debe sacrificar calidad por cantidad.
Con la intención de realizar un seguimiento de cómo se están adaptando los distintos CCTT, por el momento podemos comentar que en Radio 5 la nueva programación se estrenó con bastantes errores. Debido al exceso de secretismo, al final faltó información y coordinación entre la nueva dirección de radio 5, Pedro Carreño y Emisiones, y esto provocó, unos días más tarde del estreno, que se llevaran a cabo tres emisiones diferentes con solo un técnico por estudio, algo que nunca puede pasar. Entre otros despropósitos, han desaparecido los microespacios culturales (quesitos).
Boletines. Su recuperación implica que una persona del turno de mañana y otra de tarde se dediquen específicamente a este cometido, “anclados” por tanto en la redacción. Se generan así dificultades para cubrir convocatorias, eventos e incidencias, o simplemente para “sacar la radio a la calle”, como proclaman los impulsores de la nueva programación.
Desconexión provincial de media hora. Treinta minutos es mucho tiempo en radio. Quien asuma esta franja horaria debe buscar y seleccionar contenidos, gestionar entrevistas, organizar y estructurar temas… Es imposible pretender que el informador en cuestión esté también disponible para endosarle además tareas destinadas a la desconexión territorial principal.
Informativo territorial principal. Aquí los problemas se derivan de los dos puntos anteriores. Si al actual equipo de redactores le restamos aquéllos desviados a nuevas obligaciones (boletines, provincial) que consumirán gran parte de su tiempo, nos encontramos con que la franja horaria central ha de cubrirse en precarias condiciones, sin el mínimo personal necesario para elaborar un producto digno. Porque se cubrirían más horas, sí, pero no se trata de rellenar sin más, a costa de un bajón notorio en el nivel profesional y de prestigio de Radio 5. No se debe sacrificar calidad por cantidad.
Con la intención de realizar un seguimiento de cómo se están adaptando los distintos CCTT, por el momento podemos comentar que en Radio 5 la nueva programación se estrenó con bastantes errores. Debido al exceso de secretismo, al final faltó información y coordinación entre la nueva dirección de radio 5, Pedro Carreño y Emisiones, y esto provocó, unos días más tarde del estreno, que se llevaran a cabo tres emisiones diferentes con solo un técnico por estudio, algo que nunca puede pasar. Entre otros despropósitos, han desaparecido los microespacios culturales (quesitos).
Bajo nuestro punto de vista el error de todo esto es, por un lado, la falta de recursos humanos y en segundo, la toma de decisiones unilateral o verticalmente sin estudio de viabilidad. Creemos que hay que darle más protagonismo y autonomía de gestión a lo local, pero la dirección siempre hace lo mismo: primero esquilmo, luego saturo y como no se puede tirar palante, externalizo (la falta de flexibilidad de los trabajadores...).
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