martes, 12 de noviembre de 2013

¿Por qué arruinar un medio público?


Desde el sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de CNT-Madrid queremos solidarizarnos con los trabajadores afectados por el cierre de Canal 9, pero también queremos denunciar una situación que atañe a todos los valencianos. Una situación que forma parte de un plan deliberado para desmontar lo público, lo de todas y todos, y convertirlo en un negocio para unos pocos.

Desde el año 1995 el Partido Popular ha hecho de RTTV su gabinete de prensa, un  ente que proyectaba al mundo las bondades de su comunidad, su feudo. Fórmula 1, aeropuertos, construcciones imposibles, estadios... Valencia saboreaba las burbujas de España y el PP, como siempre, sacaba partido de ello. Hasta que todo estalló.

Pero la gente de negocios sabe salir a flote, como la mierda, y en tiempos de crisis también sacan excedentes. De hecho, pareciera que esta situación les hubiera venido de perlas, pues con la excusa de ajustarse el cinturón algunos consiguen engordar, desmantelando 'la cosa pública' para llenar sus bolsillos.

Ahora, tras la nulidad del último ERE, Alberto Fabra anuncia que el Canal Nou no es sostenible, no si queremos tener escuelas y hospitales. Por su parte, Ignacio González asegura en Madrid que, de tumbarse el ERE, Telemadrid tampoco seguirá en pie. ¿Coincidencias?

El proceso que ha sufrido la televisión valenciana guarda muchos paralelismos con Telemadrid, la cadena pública de los madrileños en manos, cómo no, del Partido Popular. La historia es de todos conocida: convertir un medio en la voz del partido, llenarlo de amigos, devaluarlo y, finalmente, cerrarlo argumentando una falta de viabilidad.  No nos engañemos, las cadenas públicas han sufrido una gestión denunciable y penosa, fruto de la cual miles de trabajadores han perdido su empleo, dejando a los ciudadanos sin voz local, sin cultura: obligados a consumir información privada.

Defender una televisión publica es cosa de todos y todas, y por ello exigimos responsabilidades. No queremos que estas cadenas se conviertan en empresas privadas. Nadie puede arruinar un medio público e irse de rositas, con la cabeza bien alta, tras haber dejado en la calle a miles de trabajadoras y robado a los ciudadanos su derecho a la información.

Es cultura de tod@s y para tod@s

¡NO ES UN NEGOCIO!

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